El oso y la teta

Alguna vez pensaste que los animales eran de oro
allá lejos,en tiempos donde el hombre pareció ser uno de ellos,
cuando en la plaza ya no hay nadie que venga por una puca
cuando el rojo que baña las paredes de tus años rasgó tu cielo.

Tú, niña, cantabas en quechua
y llamabas a todos para que vinieran,
vino el cóndor, la serpiente,el zorro y el león,
hasta que un día faltó el oso...

Se escondía porque no sabía como llegar a tí,
no sabía si llorar o reír al escuchar tus cantos
al sueño pedía perdón tristemente en el pueblo
gritos y muertes se escuchan sobre llantos.

Y asustado el oso huyó lejos
extrañando tus ruiditos y amamanto
mientras tú, niña,ya pensabas en buscarlo
una fijación en tu pecho era su encanto.

Pensaste que fue en un sueño,
en otras tierras, cuando el invierno es humano
ya habían pasado los años,ya eras una warmi,
una diosa desnuda en los altos
el pecho al aire fulgiente
otra vez en quechua cantando.

Y el oso, a punto de olvidarlo todo
en los bosques por el Bonn creyó escucharlo
se acerco a la rivera y bailó, saltó, lloró
era la teta que adoraba,
era aquella que en su oído resonaba,
y entonces corrió a su encuentro...

Esta vez sin miedo
esta vez contento,
vió a su niña amada
y posó sobre su gran palma
ella seguía cantando, era una diosa sagrada
él en su pecho bramando,
en silencio todos escuchando
y nadie decía nada...

Alguna vez pensaste que los animales eran de oro.

Comentarios

Entradas populares