Epiphantikas

Las dalias me observaban y yo pensaba en ti
y en una botella pintada de vino,
el de la sobras que se sobran en los latidos
que no me dejan escuchar ni mi propia voz,
y en la imagen que cubre las imágenes creadas por un tibio espanto que pueden ser las apariciones de nuestro yo,
de tu Yó y mi Tú, que se mezclan en los pasos que no quiero dar,
justo ahí cuando la estratos posa como ninguna
y su llanto sobre mi heliocéntrica testa y su tropos de alquimista quimérica equinoccia regala agonías con una gota póstuma
que me suple abundantemente...talvez más de lo que yo podría creer,
justo ahí... que después fuego en mano.

Y quise buscarte en medio del todo noche media luna alabastro dormido
y pretendí gritar tu nombre donde nadie escucha las voces,
donde el viento más cómplice de lo efímero es,
donde el trémulo arrastre eólico del afebrado subconsciente
que inefablemente te busca en ese pedazo de tiempo inagotable
se repite bruscamente, in a gently way ...te olvido...
cuando se reproduce la antípoda de tu voz
y destila la sangre inequívoca del sudor de mis colores...

Entonces pienso en el cenit (y el nadir),
en una nota triste tipo Coltrane,
en un amor sostenido por una ficción,
en tu cuerpo que yace desnudo por los suelos
que lo involucran sin sentido insonoro,
en el sublime arco iris del ciego,
en un trozo de tus labios que aparece desaparecer.

Comentarios

Entradas populares